¿Conoces esa sensación de tener en tu mente a una persona continuamente? 
Cada minuto del día pensando en ella, esperando tener noticias suyas, sonreír cuando te escribe o ves una llamada suya, y no poder hacer nada más que esperar......
Esperar......
Esperar..............

Porque sabes que tu no eres tan importante como la mujer que vive con él, 
sabes que nunca la dejará; que tu solo eres para él un pasatiempo, alguien con quien tener sexo, y, si te convence, cumplir sus fantasías sexuales.

Sabes que siempre te dirá que no le pasa nada, aunque esté distante, aunque ya no te de los buenos días como hacía al principio de conocerte; e intuyes, cuando ocurre esto, que es porque ya ha encontrado otro pasatiempo, porque ya no eres una novedad para él. 

Y tu te das cuenta que ya no eres la de antes; esa persona a la que le gustaba disfrutar de la vida, tener experiencias nuevas, sin ataduras, sin compromisos, solo pasarlo bien y disfrutar.

Y es entonces cuando te das cuenta que te enamoraste,
¿y porqué lo sabes?
Porque ya no quieres conocer a nadie más,
a nadie...........

Pero no te atreves a decírselo, por temor a que te deje, a volver a sufrir como en otras ocasiones, o quizás  ambos lo sabéis, pero preferís callar, dejar las cosas como están y seguir como si nada pasara.

Pero llega un momento en el que te cansas de intentar que se enamore de ti, o ya no que se enamore, simplemente que te demuestre un poquito de cariño y amor, aunque no sea real; 
te cansas de que te de la callada por respuesta, y es ahí cuando tu empiezas a alejarte, y a esperar e intentar saber cuál será la reacción de él al darse cuenta de que te puede perder, aunque en el fondo tu tengas la certeza de lo que sucederá..........