Fuimos amigos, compañeros, confidentes, amantes.......lo éramos todo el uno para el otro; creíamos que nada podía acabar con la magia que había entre nosotros, con esa complicidad y empatía que sentíamos.

En esos momentos, el mundo era nuestro, estaba a nuestros pies, pensábamos que nada ni nadie se interpondría en nuestra vida juntos; cada minuto era único e irrepetible, porque nosotros hacíamos que lo fuera y porque no existía ningún momento en que dudáramos que esto podría tener un final.....

Hablábamos,
reíamos a carcajadas,
llorábamos juntos, si eso es lo que nos hacía falta en ese momento,
nos abrazábamos por el mero hecho de sentirnos, y sentir nuestro calor
nos deseábamos a cualquier hora y en cualquier lugar,
nos besábamos sin parar, justo el tiempo para poder coger aire y seguir respirando,
nos excitábamos,
nos tocábamos,
acariciábamos,
nos disfrutábamos,
fuimos dos personas en una sola.....

Pero todo fue cambiando,
no sé ni cuando ni cómo empezó, pero nos fuimos distanciando.
Ya no encontrábamos motivos para reirnos con ganas, paulatinamente dejamos de darnos esos abrazos que hablaban sin palabras; y cada vez nuestras conversaciones eran más cortas y banales, los besos se volvieron muy fríos, y el sexo se convirtió en algo que simplemente había que hacer.........
Ya no disfrutábamos de nuestra mutua compañía,
nos evitábamos,
e incluso dejamos de mirarnos a los ojos, porque no éramos capaces de reconocernos........

Ni tu ni yo tuvimos la culpa, sencillamente, el amor se nos acabó y la decisión de volver a ser independientes uno del otro nos ha hecho ver que el mundo no se acaba cuando se extingue la magia, porque habrá otr@s mag@s, con sus momentos irrepetibles, sus risas, sollozos, abrazos y deseo.....