Negaba la evidencia a la perfección;
decía que no cuando quería decir que sí;
callaba cuando tenía que hablar
y hablaba cuando tenía que callar.

Dibujó una coraza entre ella y el mundo;
se negó a sí misma necesitar a alguien;
se convenció de ser autosuficiente.

Utilizaba, o eso creía, a los hombres,
amores de una noche, compañía masculina por un rato con el que llenar sus necesidades de deseo sexual.

Y pasaron días, meses, años......
y sus noches seguían estando vacías;
y siempre en su mente el mismo nombre,
el mismo hombre,
el mismo rostro.......

Y callaba cuando estaba con él;
lo extrañaba cuando se iba;
y ella pensaba que siempre lo tendría,
así, en la sombra,
amor camuflado por una amistad eterna......

Y llegó el momento temido....
aquél en que él se marchó,
lejos, muy lejos.......
Y ella siguió sin ser capaz de decir lo que sentía,
de decirle que lo amaba......

Ahora mira al cielo,
y en cada avión, en cada cola de humo,
dibuja su boca, sus ojos, su sonrisa,
su carita de niño.

Y aunque sigan siendo los mejores amigos,
ya nada será igual,
ya no hay marcha atrás,
ya todo está decidido......

Ella seguirá con su coraza de cristal
y él le seguirá diciendo que la quiere
y que nada cambiará.......