Tenía la incertidumbre de si te gustaría o no.
Te deseaba tanto que no podía pensar en otra cosa que no fuera en tu cuerpo, abrazado al mío, sintiéndonos, tocándonos.
No parabas de hablar, y a mi me gustaba escucharte, y mirar esos labios carnosos que se movían sin cesar y esa lengua que asomaba de cuando en cuando.
Quería besarte, lo necesitaba, y que me besaras...
Y entonces sucedió; me acerqué a ti, y rocé tu boca con la mía, y te gustó; nos fuimos acercando cada vez más, tímidamente, nos fuimos tocando poco a poco, hasta acabar siendo los dos uno, sintiendo nuestra respiración, y nuestro deseo de estar juntos.
Ya no había vuelta atrás, nuestra excitación llegaba al límite y nuestros deseos eran incontrolables.....
P.D: el resto os lo dejo a vuestra imaginación...
No hay comentarios:
Publicar un comentario