El viaje era largo, y decidimos parar en una zona de descanso de la autovía. Necesitábamos estirar las piernas, así que nos bajamos del coche para dar unos pasos.
En ese momento andaba viento, no muy fuerte, pero suficiente para que levantara mi minifalda y dejara al descubierto mi braguita.
Oscar se dio cuenta, y me sonrió. Se acercó, me besó, y en un gesto rápido me dio la vuelta quedándome de espaldas a él, e hizo que me apoyara en el capó del coche.
Noté su erección en contacto con mis nalgas, me bajó la braguita, a la vez que se soltaba el pantalón y sacaba su pene del slip, y me penetró profundamente mientras los coches circulaban por la autovía ajenos (o no) a nuestra aventura sexual..
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